Ayacucho (fundada como San Juan de la Frontera de Huamanga el 25 de abril de 1540 y llamada Huamanga hasta el 15 de febrero de 1825) es una ciudad peruana capital del distrito homónimo, de la provincia de Huamanga y del departamento de Ayacucho. Se encuentra situada en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes a una altitud de 2761 m s. n. m.nota 1 y se caracteriza por un clima templado y seco, con brillo solar todo el año.
Es uno de los conjuntos arquitectónicos y artísticos más notables del Perú. Se le conoce como la «Ciudad de las Iglesias»,1 por sus numerosos templos coloniales, y como «Ciudad Señorial» por su arquitectura, tradición y arte.2
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La ciudad tiene fama tanto nacional como internacional gracias a sus piezas de artesanía, motivo por el cual fue declarada como «Capital del Arte Popular y de la Artesanía del Perú». Destacan los tallados en alabastro (material conocido en la zona como piedra de Huamanga), la alfarería -en especial los toros e iglesias de Quinua-, la filigrana del barrio de Santa Ana y principalmente los cotizados retablos ayacuchanos.4 En honor a esta ciudad peruana y a la batalla de independencia ocurrida en su suelo, los países andinos de Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela, refundaron cada uno, una ciudad y la rebautizaron 'Ayacucho'.
Es una ciudad de muy alto fervor católico.5 Posee más de treinta templos virreinales de estilo renacentista, barroco y mestizo, que guardan en su interior verdaderas obras de arte como pinturas, imágenes y retablos tallados en madera y bañados en pan de oro. Además, se puede apreciar casonas coloniales, restos arqueológicos y manifestaciones artísticas que revelan un pasado histórico y una tradición aún vigente y atractiva.6
Igualmente destaca por sus música y sus festividades, como los carnavales y sobre todo la Semana Santa, ambas declaradas Patrimonio Cultural de la Nación. Esta última es considerada como la segunda más importante del mundo, en lo que a celebración de la Semana Santa se refiere.